ENTREVISTA: A Pedro Juan Gutiérrez.
“Resistencia y escritura en La Habana”
José Javier Franco
La Habana, Cuba, 21 de febrero de 2005.
P.J.G.: La tesis esencial de El rey de La Habana es esa. La pobreza, el subdesarrollo como un círculo
vicioso del que es prácticamente imposible salir. Estás ahí y no sabes cómo irte, cómo salir. Porque
naces en eso y te mueres en eso. Entonces aquello me marcó y yo me dije, algún día tengo que escribir
una novela con esta gente, con esta historia. Y eso lo mantuve en el subconsciente hasta que, por azares
de la vida, ya con 36, 37 años, me vine a vivir para acá. Ya era un hombre más o menos formado, con
una familia, periodista desde hacía años y caigo en este barrio. Al día siguiente me llama un muchacho y
me dice: ‘mira, ten cuidado con tu muchacho porque por aquí abajo venden marihuana y te lo pueden
complicar, le echan un cigarrito en el bolsillo, te lo complican y el responsable eres tú. Si la policía lo coge
con marihuana en el bolsillo...”. Yo me dije, ¿dónde yo me he metido? Porque no parecía, no estaba tan
destruido como se ve ahora, estoy hablando de hace 15 años atrás.
Entonces me empecé a meter en esta vida, me divorcié, me quedé viviendo solo acá. La vida en este
barrio, si no lo vives, no la percibes. En realidad, yo no hablo en mis libros de la ciudad de La Habana, es
imposible abarcar una ciudad completa. Imagino que con Caracas es lo mismo, con Sao Pablo es igual...
Tú puedes hablar de una zona, yo hablo de Centro Habana, de este barrio. Incluso a veces marco las
calle, digo ‘subí por Perseverancia, doblé en Neptuno’, qué sé yo qué. Escribir eso, ir marcando
itinerarios, me daba gusto. Es decir, que lo que hago es vivir un área, un barrio, que yo realmente lo viví,
realmente era así.
Estaba sin dinero, tenía que estar guapeando en la calle, inventando muchas cosas que no escribí
porque me daba pena, tenía que buscar dinero y me sucedían millones de cosas en esa búsqueda. Por
eso es que este barrio tiene una participación tan fuerte, tan viva en mi literatura, pero lo hice de manera
inconsciente. Incluso hay quienes ven una carta política. Yo no pretendí escribir una carta política ni una
carta erótica. Yo, sencillamente, lo que me sucedía, lo iba escribiendo. Después cada quien hace su
propia lectura. Hay antropólogos que creen que es antropología, hay periodistas que creen que son
crónicas periodísticas lo que yo escribo, cada cual cree lo que le da la gana, yo escribílo que me dio la
gana también.
0 opiniones:
Publicar un comentario